CULTURA ASEGURA QUE CONVOCARÁ LOS PREMIOS NACIONALES A LA OBRA DE UN TRADUCTOR Y DE POESÍA JOVÉN.
Mientras el Ministerio asegura que este trimestre hará la convocatoria, la Asociación de Traductores afirman que les comunicaron la suspensión
Cultura asegura que convocará los premios nacionales a la Obra de un Traductor y de Poesía Joven
Mientras el Ministerio asegura que este trimestre hará la convocatoria, la Asociación de Traductores afirman que les comunicaron la suspensión
Traductores y poetas preguntan por qué ellos y no otras de las 30 categorías
Primero que sí. Luego que no. Ahora, otra vez que sí. Este ha sido el vaivén sobre la convocatoria de los premios nacionales 2013 a la Obra de un Traductor y a la de Poesía Joven Miguel Hernández. Aunque todavía no se ha fijado la fecha. Desde hace varias semanas el Ministerio de Educación Cultura y Deporte ha convocado casi todos los 30 galardones, excepto estos dos. “Me parece una maravillosa noticia que se convoquen. Quiero creer que entendí mal cuando hace unos días me dijeron que se habían suspendido. Pero asumo mi error, si lo he cometido. El costo de esto es muy bajo comparado con la convocatoria de un premio muy justo”, afirma Carlos Fortea, presidente de la junta rectora de la Sección Autónoma de Traductores de Libros de la Asociación Colegial de Escritores (ACE). Según el Ministerio, ellos no están obligados a promulgar las convocatorias de manera conjunta.
Este es el penúltimo capítulo. El anterior es el de un traductor que habría interpretado mal las palabras que le dijeron. Se produjo la semana pasada en Madrid, durante la celebración de la 30ª Feria Internacional del Libro (Liber), cuando Fortea habló con Mónica Fernández, subdirectora General de Promoción del Libro, la Lectura y las Letras Españolas, sobre el retraso en la convocatoria del galardón a la Obra de un Traductor y esta le dijo que se suspendía indefinidamente por falta de presupuesto. La justificación, agrega el presidente de la ACE, era que “la orden ministerial que establecía la cuantía de los premios ya había sido promulgada y no podía modificarse, y la única forma de ahorrar sería, en su concepto, no convocar alguno de los premios”. Es más, Fortea añade que les aseguraron que no se trataba de una supresión sino de una "no convocatoria temporal".
Conocida hoy la noticia de la posible suspensión de estos dos premios, las reacciones no se hicieron esperar. ¿Por qué de los 30 premios nacionales tienen que ser estos dos los que se queden sin la distinción? Esa fue la pregunta que formularon traductores y poetas. La sorpresa ante esta noticia se debía, entre otras razones, a lo importante que es para un país como este la traducción de libros para fomentar la lectura y porque la industria del libro es la principal de España en el ámbito cultural. Con la "interpretación de la no convocatoria temporal”, Fortea dijo que hubieran entendido una cuantía inferior de los premios, o incluso sin dotación económica a fin de reconocer una labor esencial en la cultura española.
Entonces, los traductores consideraron esta decisión como un agravio comparativo teniendo en cuenta que en los últimos años se han creado premios nuevos (Premio Nacional de Tauromaquia, Premio Nacional de Diseño de Moda). Premios, aclara Fortea, "que respetamos por completo, pero cuya convocatoria no debería hacerse en perjuicio de otros ya establecidos”. El riesgo es que se deje de convocar definitivamente, como ocurrió con el de Traducción de una Obra Juvenil a mediados de los 90, que “desapareció sin dejar rastro”.
“Es lamentable”, afirmaba a su vez Miguel Sáenz, académico y premio Nacional a la Obra de un traductor. Para Sáenz resultaba, además, llamativo y paradójico que justo la semana pasada, en Liber fueran los traductores quienes distinguían la labor de los editores con el primer premio Jaime Salinas. En cambio, decía, “un premio que recompensaba a toda una obra se cancela. Espero que sea provisional. Debería continuar porque distingue toda una vida dedicada a la traducción”.
Lo mismo opinaba María Teresa Gallego, ganadora de este premio en 2008 por traducir a escritores como Flaubert, Genet o Stendhal, entre los clásicos, y a Patrick Modiano o Pierre Michón, entre los contemporáneos. “Entendemos que hay cuestiones más urgentes que atender en lo económico”, asegura Gallego. Se trata de un premio que desde 1989 ha premiado a traductores como Juan Ramón Masoliver, José María Valverde Pacheco, Miguel Sáenz, Ángel Crespo, Esther Benítez, Feliu Formosa, Clara Janés, Carlos García Gual, Adan Kovacsics o Francisco J. Úriz.
El Premio Nacional de Poesía Joven Miguel Hernández empezó a entregarse en 2011, y lo han ganado Laura Casielles y Martha Asunción Alonso. Para Elena Medel, poeta y editora de La bella Varsovia, especializada en primeros y segundos libros, la decisión de haber cancelado hubiera confirmado una tendencia por parte del Ministerio con todas las políticas de apoyo a la Cultura.
Primero que sí. Luego que no. Ahora, otra vez que sí. Este ha sido el vaivén sobre la convocatoria de los premios nacionales 2013 a la Obra de un Traductor y a la de Poesía Joven Miguel Hernández. Aunque todavía no se ha fijado la fecha. Desde hace varias semanas el Ministerio de Educación Cultura y Deporte ha convocado casi todos los 30 galardones, excepto estos dos. “Me parece una maravillosa noticia que se convoquen. Quiero creer que entendí mal cuando hace unos días me dijeron que se habían suspendido. Pero asumo mi error, si lo he cometido. El costo de esto es muy bajo comparado con la convocatoria de un premio muy justo”, afirma Carlos Fortea, presidente de la junta rectora de la Sección Autónoma de Traductores de Libros de la Asociación Colegial de Escritores (ACE). Según el Ministerio, ellos no están obligados a promulgar las convocatorias de manera conjunta.
Este es el penúltimo capítulo. El anterior es el de un traductor que habría interpretado mal las palabras que le dijeron. Se produjo la semana pasada en Madrid, durante la celebración de la 30ª Feria Internacional del Libro (Liber), cuando Fortea habló con Mónica Fernández, subdirectora General de Promoción del Libro, la Lectura y las Letras Españolas, sobre el retraso en la convocatoria del galardón a la Obra de un Traductor y esta le dijo que se suspendía indefinidamente por falta de presupuesto. La justificación, agrega el presidente de la ACE, era que “la orden ministerial que establecía la cuantía de los premios ya había sido promulgada y no podía modificarse, y la única forma de ahorrar sería, en su concepto, no convocar alguno de los premios”. Es más, Fortea añade que les aseguraron que no se trataba de una supresión sino de una "no convocatoria temporal".
Conocida hoy la noticia de la posible suspensión de estos dos premios, las reacciones no se hicieron esperar. ¿Por qué de los 30 premios nacionales tienen que ser estos dos los que se queden sin la distinción? Esa fue la pregunta que formularon traductores y poetas. La sorpresa ante esta noticia se debía, entre otras razones, a lo importante que es para un país como este la traducción de libros para fomentar la lectura y porque la industria del libro es la principal de España en el ámbito cultural. Con la "interpretación de la no convocatoria temporal”, Fortea dijo que hubieran entendido una cuantía inferior de los premios, o incluso sin dotación económica a fin de reconocer una labor esencial en la cultura española.
Entonces, los traductores consideraron esta decisión como un agravio comparativo teniendo en cuenta que en los últimos años se han creado premios nuevos (Premio Nacional de Tauromaquia, Premio Nacional de Diseño de Moda). Premios, aclara Fortea, "que respetamos por completo, pero cuya convocatoria no debería hacerse en perjuicio de otros ya establecidos”. El riesgo es que se deje de convocar definitivamente, como ocurrió con el de Traducción de una Obra Juvenil a mediados de los 90, que “desapareció sin dejar rastro”.
“Es lamentable”, afirmaba a su vez Miguel Sáenz, académico y premio Nacional a la Obra de un traductor. Para Sáenz resultaba, además, llamativo y paradójico que justo la semana pasada, en Liber fueran los traductores quienes distinguían la labor de los editores con el primer premio Jaime Salinas. En cambio, decía, “un premio que recompensaba a toda una obra se cancela. Espero que sea provisional. Debería continuar porque distingue toda una vida dedicada a la traducción”.
Lo mismo opinaba María Teresa Gallego, ganadora de este premio en 2008 por traducir a escritores como Flaubert, Genet o Stendhal, entre los clásicos, y a Patrick Modiano o Pierre Michón, entre los contemporáneos. “Entendemos que hay cuestiones más urgentes que atender en lo económico”, asegura Gallego. Se trata de un premio que desde 1989 ha premiado a traductores como Juan Ramón Masoliver, José María Valverde Pacheco, Miguel Sáenz, Ángel Crespo, Esther Benítez, Feliu Formosa, Clara Janés, Carlos García Gual, Adan Kovacsics o Francisco J. Úriz.
El Premio Nacional de Poesía Joven Miguel Hernández empezó a entregarse en 2011, y lo han ganado Laura Casielles y Martha Asunción Alonso. Para Elena Medel, poeta y editora de La bella Varsovia, especializada en primeros y segundos libros, la decisión de haber cancelado hubiera confirmado una tendencia por parte del Ministerio con todas las políticas de apoyo a la Cultura.