(Fuente
Vaqueros, España, 1898 - Víznar, id., 1936) Poeta y dramaturgo español. Los
primeros años de la infancia de Federico García Lorca transcurrieron en el
ambiente rural de su pequeño pueblo granadino, para después ir a estudiar a un
colegio de Almería.
Continuó sus
estudios superiores en la Universidad de Granada: estudió filosofía y letras y
se licenció en derecho. En la universidad hizo amistad con Manuel de Falla,
quien ejerció una gran influencia en él, transmitiéndole su amor por el folclore
y lo popular.
A partir de
1919, se instaló en Madrid, en la Residencia de Estudiantes, donde conoció a
Juan Ramón Jiménez y a Machado, y trabó amistad con poetas de su generación y
artistas como Buñuel o Dalí. En este ambiente, Lorca se dedicó con pasión no
sólo a la poesía, sino también a la música y el dibujo, y empezó a interesarse
por el teatro. Sin embargo, su primera pieza teatral, El maleficio de la
mariposa, fue un fracaso.
En 1921
publicó su primera obra en verso, Libro de poemas, con la cual, a pesar de
acusar las influencias románticas y modernistas, consiguió llamar la atención.
Sin embargo, el reconocimiento y el éxito literario de Federico García Lorca
llegó con la publicación, en 1927, de Canciones y, sobre todo, con las
aplaudidas y continuadas representaciones en Madrid de Mariana Pineda, drama
patriótico.
Entre 1921 y
1924, al mismo tiempo que trabajaba en Canciones, escribió una obra basada en el
folclore andaluz, el Poema del cante jondo (publicado en 1931), un libro ya más
unitario y madurado, con el que experimenta por primera vez lo que será un
rasgo característico de su poética: la identificación con lo popular y su
posterior estilización culta, y que llevó a su plena madurez con el Romancero
gitano (1928), que obtuvo un éxito inmediato. En él se funden lo popular y lo
culto para cantar al pueblo perseguido de los gitanos, personajes marginales
marcados por un trágico destino. Formalmente, Lorca consiguió un lenguaje
personal, inconfundible, que reside en la asimilación de elementos y formas
populares combinados con audaces metáforas, y con una estilización propia de
las formas de poesía pura con que se etiquetó a su generación.
Tras este
éxito, Lorca viajó a Nueva York, ciudad en la que residió como becario durante
el curso 1929-1930. Las impresiones que la ciudad imprimió en su ánimo se
materializaron en Poeta en Nueva York (publicada póstumamente en 1940), un
canto angustiante, con ecos de denuncia social, contra la civilización urbana y
mecanizada de hoy. Las formas tradicionales y populares de sus anteriores obras
dejan paso en esta otra a visiones apocalípticas, hechas de imágenes ilógicas y
oníricas, que entroncan con la corriente surrealista francesa, aunque siempre
dentro de la poética personal de Lorca.
De nuevo en
España, en 1932 Federico García Lorca fue nombrado director de La Barraca,
compañía de teatro universitario que se proponía llevar a los pueblos de
Castilla el teatro clásico del Siglo de Oro. Su interés por el teatro, tanto en
su vertiente creativa como de difusión, responde a una progresiva evolución
hacia lo colectivo y un afán por llegar de la forma más directa posible al
pueblo. Así, los últimos años de su vida los consagró al teatro, a excepción de
dos libros de poesía: Diván del Tamarit, conjunto de poemas inspirados en la
poesía arabigoandaluza, y el Llanto por Ignacio Sánchez Mejías (1936), hermosa
elegía dedicada a su amigo torero, donde combina el tono popular con imágenes
de filiación surrealista.
Las últimas
obras de Federico García Lorca son piezas teatrales. Yerma (1934) es una
verdadera tragedia al modo clásico, incluido el coro de lavanderas, con su
corifeo que dialoga con la protagonista comentando la acción. Parecido es el
asunto en Bodas de Sangre(1933), donde un suceso real inspiró el drama de una
novia que huye tras su boda con un antiguo novio (Leonardo). La huida, llena de
premoniciones, en la que la propia muerte aparece como personaje, presagia un
final al que se viene aludiendo desde la primera escena y en el que ambos
hombres se matarán, segando así la posibilidad de continuidad de la estirpe por
ambas ramas y renovando la muerte del padre del novio a manos de la familia de
Leonardo. De esta manera, la pasión y la autobúsqueda concluyen con la
destrucción de todo el orden establecido.
Entre toda
ellas destaca La Casa de Bernarda Alba(1936), donde la pasión por la vida de la
joven Adela, encerrada en su casa junto con sus hermanas a causa del luto de su
padre y oprimida bajo el yugo de una madre tiránica, se rebelará sin temor a
las últimas consecuencias. De esta manera, su pasión por la vida se estrellará
contra el muro de incomprensión de su familia concluyendo todo con su
eliminación. Junto con la figura de la protagonista, destaca la serie de
retratos femeninos que realiza el autor, desde la propia Bernarda hasta la
vieja criada confidente de todas (La Poncia), la hermana amargada y envidiosa
(Martirio) o la abuela enloquecida que se opone a la tiranía de Bernarda.
La casa de
Bernarda Alba, considerada su obra maestra, fue también la última, ya que ese
mismo año, al estallar la guerra civil, fue detenido por las fuerzas
franquistas y fusilado diez días más tarde, bajo acusaciones poco claras que
señalaban hacia su papel de poeta, librepensador y personaje susceptible de
alterar el «orden social».
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